Tocan tiempos de meteorología inestable y clima duro, con frío, lluvia y temperaturas extremas, que impacta en nuestros cuerpos con toda la virulencia del invierno. Sufre todo el organismo, pero también nuestra boca. Nuestra experiencia de años como dentistas en el área de Santiago de Compostela nos permiten conocer al detalle cuales son esas consecuencias directas, e indirectas, que el clima invernal desencadena en la salud de nuestras bocas.
La dentina
En invierno aumenta el número de pacientes que acuden a nuestra clínica con cuadros de sensibilidad dental que, en la mayoría de los casos, tienen una relación directa con las temperaturas invernales.
Morfológicamente, nuestros dientes tienen en la dentina una de sus partes fundamentales, formada por miles de canales microscópicos -denominados túbulos dentinarios- encargados de conectar la parte exterior del diente con sus terminaciones nerviosas. A pesar de su protección natural, resguardada por la encía, el cemento radicular y el esmalte dental, a veces la dentina pierde su ‘blindaje’ y deja vía libre a que los estímulos externos incidan directamente sobre las terminaciones nerviosas provocando el dolor característico de los ‘dientes sensibles’. Con la dentina al descubierto, por la retracción de la encía, desgaste del esmalte u otras causas, el frío ambiental puede campar a sus anchas por nuestra boca provocando una desagradable incomodidad.
Entre una gama de menos a más sensibilidad, el frío puede provocar escalofríos o una sensación aguda y dolorosa en toda nuestra boca. Si tal cosa ocurre, y no solo una ligera molestia puntual, se impone una revisión y probablemente se haga inevitable un tratamiento. La dentina puede estar excesivamente expuesta y se impone actuar. Consultar con los especialistas será la mejor manera de evitar que el problema se cronifique.
Para los casos de menor impacto sobre nuestra vida diaria son suficientes unas pequeñas prevenciones:
-Intentar respirar por la nariz para evitar que el aire frío circule por entre nuestros dientes.
-Usar durante el invierno una pasta dental específica para evitar la sensibilidad dental.
-Evita el cepillado agresivo y las pastas dentales con abrasivos.
-Reduce el consumo de alimentos o bebidas ácidas que erosionan el esmalte dental.