Desde bien pequeñitos y siempre. Lavarse los dientes es una práctica que todos, niños y mayores, debemos realizar al menos tres veces al día. No nos llevará apenas tiempo y sus beneficios estéticos y para la salud son inmensos.
Cada vez que comemos se forma una capa de sarro en nuestra boca, la cual daña el esmalte de los dientes, debilitándolos y haciéndolos mas propensos a desarrollar caries.
Cuidar los dientes ayuda a prevenir la formación de la placa dental que se adhiere a los dientes y actúa como un imán para las bacterias y el azúcar.
Como hormigas en día de campo, las bacterias enloquecen por el azúcar que queda en los dientes y lo descomponen en ácidos que destrozan el esmalte dental, provocando la formación de agujeros en los dientes: las famosas caries. Para que esto no ocurra solo necesitamos cepillarnos bien los dientes. Al lavarnos los dientes después de comer conseguimos un aliento fresco. Además, unos dientes limpios te hacen sentir mejor. Tu sonrisa será más agradable.
Aquí os dejamos siete sencillas pautas para realizar un buen cepillado:
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